«En Ribera del Duero se han dado dos fenómenos contrapuestos. Por un lado, la aparición de bodegas nuevas creadas por gente ajena al mundo del vino que pronto sucumbieron. Por otro, viticultores de toda la vida que pasaron de vender su excelente uva a las cooperativas a elaborar su propio vino.
Un ejemplo es Cillar de Silos, bodega familiar creada en 1994 ubicada en un pueblo vinatero desde hace siglos, Quintana del Pidio. Es la obra de Amalio Aragón, un viticultor entregado a la viña, su principal argumento vital, que en los pasados años setenta empieza a adquirir las mejores parcelas de viñedo en la Ribera del Duero, cuando todavía esta zona no tenía la calificación de denominación de origen. Ahora, en justo homenaje, su hijo Óscar elabora este soberbio tinto de un pequeño pago con viñas casi centenarias.
La elaboración en tinas de roble y posterior crianza de 18 meses en barricas cobijadas en su calado del siglo XVIII permiten que el vino muestre su fuerte personalidad: aroma varietal fresco, nítido, a fruta negra madura (ciruelas, moras), recorrido por las elegantes notas de flor blanca, especias aromáticas, balsámicos y suaves torrefactos. De sabor profundo, equilibrado, deja una emocionante impronta frutal con regusto a regaliz y terruño.»
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