Las condiciones del entorno hacen que la viña se exprese de formas diferentes. Un tipo de uva dará matices distintos año tras año y distintos tipos de vino según su emplazamiento.

El terruño

La parcela donde está plantada la cepa marca las características del vino que elaboremos.

“Terroir” o terruño: El concepto de terruño es lo que los franceses denominan terroir. Este término se refiere a las condiciones agronómicas concretas de un viñedo. A veces, el término “pago” se utiliza también para referirse a una bodega de pequeñas dimensiones donde se realiza toda la vinificación.

Un buen terruño: Las condiciones agronómicas que caracterizan a un buen terruño son:

  • La capacidad del terreno para retener el agua. Para hacer vinos concentrados es interesante que exista un buen drenaje del agua.
  • Orientación del terreno. Generalmente, las orientaciones sudestes son las más favorables en el hemisferio Norte.
  • Entorno del viñedo. Si el viñedo está cerca de montañas altas se produce un fuerte contraste térmico.
  • Altitud del viñedo. El ambiente será más fresco a mayor altura de la viña.

La suma de estos factores hará que una misma uva plantada en terrenos con condiciones muy distintas produzca vinos igualmente distintos, aunque conserven su parecido por el carácter varietal común.

La añada

Cada año cambian las condiciones climáticas, y los vinos también. La añada viene marcada en la etiqueta o contraetiqueta de los vinos.

Condiciones del clima: Las condiciones climáticas dependen de la zona donde estemos situados. Este clima viene determinado por la media de todas las temperaturas, lluvias, insolación, etc. de diferentes años.

Buena añada: A las condiciones climáticas concretas de un año las llamamos “añada”. Puede haber buenas añadas, añadas excelentes o regulares. Se considera buena añada cuando tiene lluvias moderadas o más bien escasas, bien repartidas en el año y con buena insolación.

Viñas viejas y equilibrio: Esta expresión se refiere a que las viñas hace tiempo que están plantadas. El tiempo es relativo: puede que estén plantadas hace 25, 40, 80 o 100 años. Lo relevante es que cada año la viña va acumulando sustancias de reserva. Por eso la producción de estas viñas es muy equilibrada y concentrada. Las añadas son más regulares, de ahí que sean tan valoradas, aunque su producción de uva sea más escasa.

Los vinos de Cillar de Silos proceden de las más de 68 hectáreas de viñedo en propiedad, dentro del Jardín de la Ribera del Duero: entre Quintana del Pidio y Gumiel de Mercado (Burgos). La orografía es más accidentada que en el tradicional páramo, con una altitud que va desde los 840 metros a los 900 metros.

 

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