Cuatro estaciones, doce meses de incansable trabajo en el “suelo” y con la vista siempre puesta en el cielo. Días de mucho sol, viento, lluvia, nieve y heladas… Días de espera e ilusión. Por fin: Toca vendimiar
Como todos sabemos, la vendimia es el proceso de recolección de la uva para la posterior elaboración del vino. Es una de las etapas más importantes y con más tradición en la producción de vino. Pero simbólicamente para una bodega es mucho más: es el final del duro trabajo durante todo el año en el campo y, a la vez, marca el origen de lo que será la próxima añada. En este post te contamos un poco más de este esperado momento.
¿Cuándo empieza la vendimia?
Cada vendimia es diferente y especial. No hay dos vendimias iguales, al igual que no hay dos veranos iguales: serán las condiciones meteorológicas de cada año en combinación con la zona geográfica donde estén ubicados los viñedos los que determinarán el inicio de esta. Por ejemplo, el clima en la Ribera del Duero se caracteriza por inviernos duros y veranos con grandes diferencias de temperatura, estos contrastes favorecen la maduración de la uva en su máxima potencialidad.
Aunque características del clima se extienden de forma general por los 110 km que abarca la región vitivinícola ribereña, a lo largo y ancho de esta superficie cada localidad o cultivo, tiene sus propias peculiaridades. Esto determina, que en la misma Denominación algunas bodegas empiecen a principios de septiembre a vendimiar y otras lo hagan un mes más tarde.
Las 150 hectáreas de cultivo de Cillar de Silos se sitúan en laderas arropadas por bosques, con una altitud media de 860 metros. Estas características de localización favorecen unas peculiaridades concretas de clima en las zonas de cultivo que tienen un efecto directo en los tiempos que nos marca la vendimia. Por lo general, en nuestra bodega la vendimia comienza finales de septiembre o principios de octubre, pero como señalábamos, cada año la elección concreta de la fecha depende de diferentes factores.
Concretamente este año, hemos empezado a vendimiar la uva blanca, Albillo Mayor a finales de esta semana y a partir de la semana que viene, ya empezamos con el Tinto Fino.
Para comenzar la vendimia se debe alcanzar la madurez tecnológica o técnica, es decir el valor máximo de la proporción de azúcar/acidez total. Para ello, se debe extraer el mosto de las uvas recogidas como muestra y analizar los niveles de azúcar, la acidez y los compuestos fenólicos. En los viñedos utilizamos “refractómetros portátiles” para medir la concentración del mosto de la uva en el proceso de la vinificación, analizando los diferentes niveles de azúcar y así determinar si la uva esta lista para la vendimia, con el fin de sacar el máximo potencial al vino que se va a elaborar.
Métodos de vendimia
En Cillar de Silos estamos comprometidos con la máxima calidad de nuestros vinos. Por eso, en algunas cepas viejas plantadas en vaso, seguimos apostando por la recolección manual. Esto nos permite extraer y escoger los mejores frutos, seleccionando cuidadosamente cada racimo de uvas, eliminando las hojas, ramas y racimos no deseados durante la recolección y eligiendo las uvas maduras y saludables.
La vendimia manual contribuye a la producción de vinos de mayor calidad, con sabores más ricos y complejos, además de llevar una supervisión de la calidad de las uvas en tiempo real por parte de los viticultores.
Al contar con vendimiadores para la extracción de los racimos de uva, evitamos la oxidación y fermentación durante el transporte de los frutos hasta la llegada a la bodega para la recepción de la uva.
Una vez que la uva ha llegado a nuestra bodega se traslada a la mesa de selección. Los vendimiadores colocan los racimos de uvas sobre la mesa y realizamos una selección visual y manual. Durante esta fase, eliminamos las uvas dañadas, por falta de madurez, sobremadurez o por su estado sanitario. Esto garantiza que solo las uvas de la mejor calidad son utilizadas en la producción de los vinos de Cillar de Silos.
Una tradición centenaria
Los antiguos egipcios ya nos dejaban constancia en textos e inscripciones jeroglíficas de como las personas realizaban tareas para la elaboración del vino con la recogida de grandes cestos de uvas y saltando sobre ellas para extraer el mosto del vino. Con estos testimonios de 8.000 años de antigüedad se aprecian como las tradiciones se preservan en la vendimia.
En definitiva, la vendimia nos conecta con la historia y la artesanía que se ha transmitido de generación en generación, dando paso a nuevo comienzo cada año. La vendimia es mucho más que la simple cosecha de uva; es el momento en que el esfuerzo realizado se ve recompensado.
Con cada racimo recogido a mano, cada uva seleccionada con esmero se encuentra la esencia de la tradición vinícola y el compromiso con la calidad dando vida a algo mágico: el vino.