Al llegar la primavera, como dice el dicho: la sangre se altera y las viñas se despiertan de su letargo invernal, brotan y florecen.
Cuando las temperaturas comienzan a subir y quedan atrás las heladas invernales y el sol calienta con fuerza, los colores de la viña cambian del tristón marrón del invierno al verde vida. Es la época de la savia que corre por la planta nutriendo brotes, yemas y cada una de las células de las viñas.
Comienza un nuevo ciclo de la vida, en el que hemos dejado atrás los fríos y la poda, y las vides se encaminan a llenarse de jugos y de sol. Llegó la hora de renacer y de alimentarse bien.
En esta época en la que las vides se desperezan y se nutren. Nosotros empezamos a disfrutar del sol y del calor. Es buen momento para reunirse con los amigos y disfrutar de cenas, tapas y, por supuesto, de un buen vino.
Aquí van unos consejos para disfrutarlo solos o en buena compañía:
Déjate asesorar por el sumiller
Si eres de los que disfrutas viajando y conociendo sitios nuevos, déjate asesorar por el sumiller del restaurante. Es muy recomendable tener información sobre el vino que vais a probar, la zona de la qué es, saber cuáles son sus características… Eso te permitirá maridarlo bien y, seguro, disfrutarlo aún más. Estarás más receptivo y predispuesto.
Temperatura del vino
La primavera es una época genial para salir más. Si recibes y preparas una comida, ten en muy en cuenta la temperatura del vino que vas a ofrecer:
- Vinos tintos: entre 12ºC y 15ºC.
- Vinos tintos crianza: entre 15ºC y 18ºC.
- Vinos blancos: entre 6ºC y 9ºC.
- Vinos blancos crianza: entre 10ºC y 12º C.
- Vinos rosados: entre 5ºC y 10ºC.
- Vinos dulces: entre 10ºC y 15ºC.
Recuerda: déjate aconsejar por la recomendación de la etiqueta de la botella respecto a la temperatura ideal para disfrutarlo en plenitud.
Corcho de la botella
Comprueba que el corcho esté húmedo y que conserve su forma intacta, sin ninguna desintegración. Será un indicativo de que el vino se ha almacenado de forma adecuada y que conserva sus propiedades.
Te recomiendo que te compres un buen sacacorchos. Tampoco te arrepentirás de comprar un decantador. Airea el vino, y permite disfrutarlo en su mejor versión.
Oxigenar
Deja airear el vino para que, al mezclarse con el oxígeno, desprenda sus mejores olores y propiedades.
Copas
Escoge unas buenas copas. Y Recuerda que, a la hora de servirlo, nunca debes superar los 2/3 de la copa.
Disfruta
Por último, déjate llevar por su aroma, sabor y color. Mueve el vaso. Huele el vino. Bebe en pequeñas cantidades. Disfruta y ¡salud!