El vino siempre ha sido una fuente de inspiración para múltiples disciplinas y la literatura, o en este caso la poesía, no ha podido resistirse a sus encantos. Algunos dicen que la relación entre estos dos binomios es tan antigua como la palabra escrita, y puede que no vayan tan mal encaminados, pues el proverbio latino “In Vino Veritas” ya indica que el vino ha sido desde tiempos remotos la musa de la literatura.
En este sentido, tal y como afirma Miguel A. Torres, presidente de la Federación Española del Vino (FEV), “el factor cultural e inmaterial del vino impregna y está presente desde la Antigüedad en numerosas expresiones artísticas y culturales, desde la literatura a la arquitectura, pasando por la pintura, la gastronomía, la música, el cine o la moda”.
Poemas con vino
Si hablamos de vino y poesía no podemos obviar la ‘Oda al vino’ de Pablo Neruda. El poeta chileno desvela a través de un discurso sencillo la grandeza universal de lo más elemental. Destacamos alguno de sus versos:
El vino
mueve la primavera,
crece como una planta la alegría,
caen muros,
peñascos,
se cierran los abismos,
nace el canto.
Jorge Luis Borges, uno de los escritores más destacados de la literatura del siglo XX, también le ha dedicado unos versos a este caldo en su ‘Soneto del vino’, con palabras como éstas: Vino, enséñame el arte de ver mi propia historia / como si ésta ya fuera ceniza en la memoria.
Por su parte, el poeta francés Charles Baudelaire que escribió un poema excepcional sobre el vino bajo el título ‘El Alma del Vino’, también sentenció la siguiente frase:
El vino se parece al hombre: nunca se sabe hasta qué punto se le puede apreciar o despreciar, amar u odiar; ni cuantos actos sublimes o crímenes monstruosos es capaz de realizar. No seamos, entonces, más crueles con él que con nosotros mismos y tratémosle como a un igual.
Como habréis podido comprobar leyendo estas líneas, si es que no lo sabíais ya, la poesía que trata el tema del vino es tan prolífica como autores hay. Desde Cillar de Silos os invitamos a ahondar en este maravilloso binomio de vino y poesía.
Recitales de poesía y cata de vinos
El vino, como la poesía, a menudo se asocia con el romanticismo, esto es, con un espíritu de rebeldía, con la evasión, el idealismo o las ansias de libertad. Quizá por eso ambas disciplinas maridan tan bien juntas. En este sentido, hoy en día abundan establecimientos donde podemos disfrutar de una cata con recital de poesía dedicado al vino, para elevar nuestro paladar y nuestra alma.
No lo decimos nosotros, pero suscribimos estas palabras: “La cata de un vino es más un arte que una ciencia, puesto que exige una sensibilidad y sutileza en el lenguaje que transmita de manera excitante una impresión fugaz”.