Siempre que hacemos referencia a la calidad del vino, debemos de hablar de una serie de factores o elementos que intervienen, de una forma decisiva, en la consecución del producto -vino-. Cada uno de ellos juega un papel fundamental en la elaboración de los caldos, y la suma de todos ellos será el resultado final de un gran vino. Seguramente encontrarás algún que otro factor más que influya o intervenga, aunque sea en menor porcentaje, pero todos ellos juegan un papel de gran relevancia.
El vino es hijo de la naturaleza y el hombre
Esta frase célebre explica a la perfección, y de forma clara y concisa, que la consecución de un gran producto como el vino dependerá tanto de la tierra como de la mano del hombre. Y es que Cillar de Silos se encuentra en un sitio privilegiado para el desarrollo y evolución de la vid, una zona reconocida en el mundo entero como es La Ribera del Duero, específicamente en Quintana del Pidio.
Variables que influyen en la calidad del vino
La tierra
El suelo donde se planta la vid se encuentra compuesto por diferentes partículas de rocas de diferentes tamaños, materias orgánicas, nutrientes y minerales. Hablando de viticultura, cuando un suelo es pobre en nutrientes es mucho mejor para la calidad del vino, que tenga buen drenaje y que tenga la capacidad de retener el agua necesaria para la planta son elementos esenciales para el vino.
Una tierra saludable nos llevará a producir un vino exquisito; aconsejamos utilizar fertilizantes naturales para lograr un saber natural, propio de la uva y sin alterarlo con productos químicos.
El clima y el tiempo
Es de vital importancia que conozcáis la diferencia entre clima y tiempo. Así bien, el clima es el promedio de las características del tiempo a lo largo de un periodo de tiempo de varios años. Por ejemplo, Burgos tiene un clima oceánico. El tiempo son las alteraciones que se producen dentro de estas características. Por ejemplo, En Burgos el tiempo está esta semana lluvioso.
Una cosa es clara: cuanto más cálido es el clima, más potentes serán los vinos que crezcan allí, tendrán más cuerpo y más alcohol; sin embargo, cuando hace frío el vino nace más ácido y refrescante, ¿lo sabías?
Por lo tanto, la vid, como cualquier otra planta, necesita de un tiempo que lleva desde la inactividad – florecimiento – crecimiento – maduración – cosecha. Cada una de estas etapas se encontrarán influenciadas en gran medida por todas las circunstancias ambientales a las que se encuentren expuestas.
También afectan las temperaturas, las cuales se dividen en:
- Frescas: Temperatura media =<17ºC. Ideal para variedades de ciclo corto.
- Templadas: Temperatura media 17ºC-18ºC.
- Cálidas: 18ºC – 21ºC. Ideal para variedades de ciclo largo.
- Calurosas: >21ºC. Estas zonas no son apropiadas para el cultivo de vid
Variedades o tipos de uva
La variedad de la uva es fundamental para determinar qué carácter tendrá el vino. ¿Sabes que existen más de 60 variedades diferentes de vides?
Pues sólo una de ellas, conocida como Vitis Vinífera se utiliza para la elaboración del vino. Conoce los diferentes tipos de uva en el vino.
Es muy importante que tengamos en cuenta el tipo de uva que se utiliza en la producción del vino, ya que repercutirá en la calidad del mismo, ellas serán las que ofrecerán un sabor único e incomparable a los caldos. Conviene decir que se puede producir un vino directamente desde un solo tipo de uva o a partir de una variedad de las mismas.
La elaboración del vino
Una vez se ha realizado la vendimia o recogida de uva, el buen saber del viticultor y el enólogo es fundamental y determinante para obtener un vino de calidad. En este proceso hablamos de la temperatura en la fermentación, el proceso de filtrado y clarificación, posible mezcla de varietales, tipo de barrica para la crianza…
Dentro de este punto podemos hablar también de la crianza y la evolución del vino.
Cuando hablamos de una crianza en barricas de roble, los vinos obtienen los taninos y aromas de la madera que le otorgan mayor complejidad. La madera deja pasar oxígeno, por lo que también el vino va envejeciendo. Solamente serán los vinos con mayor estructura y concentración los que puedan aguantar grandes periodos de crianza. Si hablamos de una evolución en botella, el resultado es diferente: el vino se redondeará y perfeccionará. Si lo dejamos de 5 a 10 años en botella (según el vino, por supuesto), éste puede llegar a su mayor grado de calidad, después ésta empezará a decaer lentamente.
Y, por último, queremos añadir un apartado.
La buena compañía
Y es que un vino, por muy bueno que sea, siempre será mejor si se toma acompañado 😉